El año 2000, en Estados Unidos, un grupo de pediatras, profesionales y padres formaron “Campaña para una Infancia sin Anuncios”, una organización que depende de la Universidad de Harvard y cuyo objetivo es proteger la niñez del bombardeo de mensajes publicitarios. Se han enfrentado a Mac Donald y su oferta de “desayunos felices”; a Hasbro, por sus líneas de muñecas tipo Barbie para niñas pequeñas. Y hace unos días consiguieron que Disney recompensara a millones de familias en Estados Unidos: clientes que compraron la colección de videos Baby Einstein (“Baby Mozart”, “Baby Shakespeare”, “Baby Galileo”), tentados por la promesa de “estimular el desarrollo intelectual y emocional de tu bebé” con solo sentar a la guagua unas horas frente al televisor. “Walt Disney debió pagar millonaria indemnización por hacer creer que la TV educa” De acuerdo a estudios realizados en ese país, alrededor de 1/3 de niños norteamericanos (de entre 6 meses y dos años) tenía, al menos, uno de los DVD de la colección. La pelea de “Campaña…” era que los Baby Einstein no tenían nada de educativos. Peor que eso, de acuerdo a los estudios presentados por la organización, someter a niños tan pequeños a tantas horas de TV podía ser nefasto para su desarrollo. Tras dos años de denuncias y ante la amenaza de un juicio de acción colectiva, Disney llegó al acuerdo de indemnizar a los compradores de Baby Einstein de los últimos cinco años. “El mayor error de los padres es pensar que se trata de un entretenimiento inofensivo. Los medios de comunicación están entre los maestros más poderosos de los niños; y cuando en nuestras sociedades hacemos un mal trabajo a la hora de educar a los menores en temas como sexo o drogas, son los medios quienes asumen esos temas”, resaltó Strasburger. "Hay algunos programas muy buenos para los niños. Pero incluso el mejor no puede justificar que estén cinco horas diarias frente al televisor”, afirma el doctor Vic Strasburger portavoz de la Academia Americana de Pediatría. Un estudio realizado en 2008 a casi 7.000 niños, de entre 2 y 11 años en Estados Unidos, arrojó que pasaban el 97% de su tiempo mirando una pantalla de TV. En Australia, cifras similares encendieron las alarmas. Un informe elaborado en ese país indica que bebés de hasta cuatro meses ven un promedio de 44 minutos de televisión al día, mientras que los niños menores de cuatro años pasan por lo menos tres horas frente a la pantalla (ver http://www.telegraph.co.uk/ El llamado de las autoridades australianas es a no olvidar los efectos que ello puede tener en los niños. “La exposición a la televisión a una edad tan temprana puede retrasar el desarrollo del lenguaje y reducir el tiempo en que pueden estar concentrados”, dice un informe titulado ¡Levántate y crece! (“Get up and Grow” en http://www. La Academia Americana de Pediatría recomienda cero exposición a pantallas de TV entre los niños menores de 2 años; y menos de una hora o dos para los mayores de esa edad. ¿Qué ocurre en Chile? En 2002, el Consejo Nacional de TV realizó un estudio a “los tweens chilenos” -niños de entre 8 y 13 años- y su relación con la TV. De acuerdo a los resultados de la encuesta, la actividad preferida en los momentos libres de estos niños es ver TV. De hecho, en casi el 90% de los hogares encuestados, reconocieron que los menores de 13 años veían TV todos los días. Apenas en un 20% de las casas mencionaron la lectura como actividad diaria; y un 28% indicó los computadores. Según se destaca en el documento, “padres e hijos concuerdan en mencionar las mismas actividades familiares, gran parte desarrolladas dentro del hogar”. Para los menores de 8 a 13, “estar en familia” significa principalmente "ver tele" (56%) y "comer juntos" (59%). La tele además está entre las principales actividades de padres e hijos durante la semana y el fin de semana. Para informarse más sobre este tema, pueden visitar la web de “Campaña para una Infancia sin Anuncios” en la siguiente dirección: http://www. Para ver el estudio “Los Tweens Chilenos”, haga clic aquí: http://www.comunicainfancia.
La Academia Americana de Pediatría aconseja que los niños menores de dos años no vean televisión. En Australia, acaban de iniciar una campaña nacional con la misma recomendación. “Los niños tienen que estar jugando fuera de casa; o deben tener libros para leer” es el mensaje de los expertos, mientras las estadísticas alrededor del mundo indican que los pequeños pasan cada vez más horas (y desde más chicos) sentados frente a una pantalla. En Chile no lo hacemos mejor. Según un estudio realizado por el Consejo Nacional de Televisión en 2002, la actividad preferida en los momentos libres de niños de entre 8 y 13 años es ver televisión, igual que para sus padres.
Países desarrollados rescatan a niños de los daños de la TV y la publicidad
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