Estudio de la Universidad norteamericana de Berkeley advierte:










Investigadores de las universidades de Berkeley y Toronto demostraron que los niños que leen a más temprana edad y en forma constante, tienen enormes ventajas cognitivas sobre aquellos que no lo hacen. Un dato interesante: un pequeño esfuerzo de apenas 10 minutos de lectura diaria puede cambiar radicalmente las capacidades de los pequeños.



Anne E. Cunningham, de la Universidad de Berkeley, y Keith E. Stanovich, de la Universidad de Toronto, reunieron en 2001 el mejor material disponible sobre la lectura y los niños en un gran trabajo titulado “What reading does for mind?” (¿Qué hace la lectura a la mente?) Su intención fue analizar en profundidad y en forma definitiva aquello que el sentido común sabe: que la lectura es beneficiosa para el desarrollo de los niños.

Entre los trabajos presentados está una investigación que se llevó a cabo en Estados Unidos durante meses con niños de quinto básico. A los estudiantes se les pidió que llevaran un registro de los minutos que leían fuera del colegio. A partir de eso, se establecieron tres grupos: en el primero, el de los “niños lectores”, los chicos leían alrededor de 15 minutos diarios, lo que implicaba manejar 2 millones de palabras al año. Luego estaba el grupo medio, que leía 4,6 minutos diarios (media hora semanal); y una gran masa no lectora (en torno a 1 minuto diario), que apenas leía 8 mil palabras al año.

“Estas diferencias dramáticas, combinadas con la riqueza de vocabulario que adquieren los que más leen, crean profundas distancias entre los niños”, sostienen los investigadores. Agregan que los niños que leen más, se comunican mejor, se enfrentan con mayor seguridad a textos más complejos, tienen una cultura general amplia. Según el estudio, estas capacidades continúan creciendo a lo largo de los años, por lo que la brecha entre los niños que no leen y los que sí lo hacen no para de crecer.

La investigación, además, sale en defensa se los libros. Sostiene que si bien se puede aprender mucho de las conversaciones con adultos o de programas de televisión educativos, la única manera de acrecentar realmente el vocabulario es a través de los libros. “Los libros de niños tienen un 50 por ciento más de palabras ‘poco usadas o inusuales’ que los programas de televisión de adultos o las que se emplean en una conversación entre graduados universitarios”, se destaca.


“Si a los alumnos se les enseñan 8 ó 10 nuevas palabras por semana, al terminar el año habrán aumentado significativamente su vocabulario”


Entre los estudios, llama la atención un seguimiento que se realizó a un mismo grupo de niños y niñas. Los “reclutaron” cuando estaban en primero básico y luego, 10 años después, evaluaron su comprensión lectora, habilidades cognitivas, vocabulario. La idea, entre otras cosas, era poder determinar los efectos de la lectura en los resultados posteriores: identificar las diferencias que se producían entre los que habían leído desde pequeños y los que no. “Encontramos que el volumen de lectura hacía una contribución significativa a múltiples mediciones de vocabulario, conocimiento general, ortografía, fluidez verbal, además de la comprensión de lectura. Este es un descubrimiento extraordinario, pues significa que los estudiantes que comienzan tempranamente a leer, tenderán a leer más a través de los años y, aún más, este solo acto puede ayudar a compensar niveles modestos de habilidades cognitivas”, escriben los autores.

Según otro artículo interesante (The Importance of Vocabulary Development), un estudiante promedio aprende alrededor de 3 mil palabras al año, (seis u ocho al día). Y los que menos leen interiorizan, en los años iniciales de su educación, apenas mil palabras nuevas. Por ello, los autores de ese documento aconsejan fijarse metas de aprendizaje: "Si a los estudiantes se les enseñan 8 ó 10 nuevas palabras por semana, al terminar el año se les habrán enseñado entre 300 a 500 palabras nuevas. Para un alumno que se ubica en el nivel bajo de manejo de vocabulario, que aprende quizás mil palabras al año, sumar 300 implica un incremento del 30%; y eso es significativo, especialmente si se repite año tras año".

En este estudio se reiteran ideas obvias sobre la importancia de la lectura, ideas que en Chile casi no se consideran, lo que explica el gran desastre que tenemos en cuanto a comprensión, vocabulario y redacción. (Por ejemplo, en 2001, un estudio de la Universidad de Chile mostró que más de la mitad de los chilenos no somos capaces de seguir instrucciones escritas y tenemos dificultades para comprender lo que leemos).

Dice la investigación: "Las palabras son herramientas que usamos para pensar, expresar ideas y sentimientos, y aprender del mundo. Debido a que las palabras son el punto de partida del conocimiento, mejorar el vocabulario de los estudiantes se ha vuelto una prioridad de la educación. El vocabulario está fuertemente relacionado con los logros académicos, pues un lenguaje rico es esencial para una comprensión de lectura exitosa. Aún más, las secciones verbales de las pruebas estandarizadas que se usan en muchos estados de los Estados Unidos para medir el nivel de los estudiantes son básicamente test de vocabulario y comprensión de lectura".

Los estudios han mostrado que la comprensión de lectura y el manejo de vocabulario están fuertemente correlacionados; y los investigadores han encontrado que el manejo de vocabulario en la educación primaria es un factor que puede predecir cuán bien los estudiantes podrán comprender los textos que leen en la educación secundaria".
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Para mejorar el vocabulario de sus hijos e hijas, visite:
http://www.10palabrasporsemana.blogspot.com/

Para ver el estudio What reading does for mind? visite:
http://www.adihome.org/articles/JDI_01_02_06.pdf

Para ver el artículo The Importance of Vocabulary Development, visite: http://www.epsbooks.com/flat/newsletter/vol05/vol05iss01/Vocabulary_Development.pdf


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